martes, 25 de mayo de 2010

Madrid, Madrid, Cuadri...Triunfo rotundo.

Y Cuadri triunfó en Madrid.

Volvían los Cuadris a Madrid tras un año de ausencia. Volvieron y cómo lo hicieron. Con una “tía” de corrida. Con un encierro que avanzamos en este mismo blog hace unos meses “muy madrileño y tremendamente serio”. Seis tacazos, hondos, enmorrillados, rematados, con cara, 5 de ellos negros, y uno, castaño, saltaron a la arena el Domingo 23 a partir de las 7 de la tarde. En el cartel, les esperaban Domingo López Chaves, Salvador Cortés y David Mora.

El encierro tuvo muchas virtudes. Hubo movilidad, fijeza, casta y hasta bravura. Y digo hasta bravura porque no es habitual verla hoy en día en una plaza de toros.

Se movieron los seis. Los seis tuvieron posibilidades ante una terna que en general, no acabó de acoplarse con la embestida franca, pronta y noble pero exigente que ofrecían los cuadris.

No considero justo comentar la actuación de los toreros. Tres toreros que sólo con ponerse delante de semejantes animales ya tienen suficiente. Todos los que estuvimos en la plaza lo vimos y la opinión general del aficionado es esa. Se vió como López Chaves resolvió firme y digno con sus dos toros. Salvador Cortés no entendió a ninguno de su lote. Y a David Mora se le fueron dos toros para salir encumbrado de Madrid. Oportunidades así no se presentan todos los días.

El triunfo fue para el ganadero. Para el ganadero y todo su equipo. Recuero unos meses atrás, cuando compartíamos días de campo bravo en Comeuñas, las palabras de José Escobar el mayoral ante la pregunta que le formulábamos sobre qué toro podía funcionar. Su respuesta fue “Si el 28, Frijonero, aguanta de fuerzas, la lía”.

Efectívamente. En tercer lugar sale el tal “Frijonero”. Con el capote ya mostró su celo. Con el caballo mostró su fijeza y bravura. En banderillas mostró su arrancada alegre y pronta. Con la muleta de David Mora humilló arrastrando el hocico, se arrancó de lejos, y repitió una y otra vez por ambos pitones. La atronadora ovación durante el arrastre lo decía todo. José Escobar no se equivocó, y “Frijonero” fue todo un orgullo para su criador Fernando Cuadri.
El quinto fue otro toro importante. Fue el famoso toro castaño, nº 45 y de nombre “Ribete”. Fue a más como toda la corrida y tuvo un final de lidia extraordinario. Qué lástima los 15 o 20 enganchones de muleta, que hicieron que cada vez al toro le costaba más pasar. Hasta el cuarto toro, nº 40 y de nombre “Duende” que engañó a todos de salida, sirvió por su embestida en la muleta, aunque a ésta le faltara transmisión.

Triunfo de Cuadri en Madrid. La gente tenía ganas de Cuadri y le dieron un juicio justo, sin regalarle nada. El público se posicionó claramente a favor de los toros. Y Madrid no es tonta ni engaña a nadie. Un 10 para la ganadería de la H

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